Sólo en la República Dominicana pueden verse cosas como esas, señor Procurador General de la República.
Demasiados problemas tenemos los dominicanos para que usted se ocupe en un asunto tan baladí. El trabajo de un Procurador General de la República, entendemos nosotros humildemente, es velar porque la justicia se aplique de la mejor manera posible.
Si bien es cierto que esos males atentan contra las buenas costumbres y la moral de los pueblos, más daño les hacen los funcionarios ladrones, que él sabe muy bien, los tenemos por montones en el país.
Cásese con la gloria, señor Procurador, y “métale mano” a los corruptos de los gobiernos pasados de su amigo Leonel Fernández. Ahí sí que usted debiera estar, señor Procurador General.
Al menos, eso creemos, no sabemos usted doctor Domínguez Brito…
Tomado de AlcarrizosDigital.net
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