domingo, 27 de octubre de 2013

No hay jugadas perfectas, pero algunas lo parecen

Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Primero el Fiscal decide, medalaganariamente, no investigar la denuncia de corrupción contra el Presidente del Partido de la Liberación Dominicana y ex Presidente de la República doctor Leonel Fernández Reyna, independientemente de las pruebas documentales y visibles que muestran la pertinencia de la acusación.

Luego, la solidaridad del Poder Legislativo con el Senador por San Juan de la Maguana, Félix Bautista, cuya velocidad para adquirir fortuna es no sólo sospechosa sino demostrativa de que su ejercicio profesional y político es una muestra de cómo se construye una fortuna en un abrir y cerrar de ojos.

Juan Bosch decía que un buen gobernante era el que sabía mantenerse en el poder, conforme escribió en un artículo originalmente publicado en una revista de Caracas, Venezuela, reproducido aquí en 1962 por la revista “Renovación”, del periodista Julio Cesar Martínez. Por cierto, ese artículo fue premonitorio, Bosch no se mantuvo en el poder.

Se tiene al doctor Joaquín Balaguer como el político más avezado, como el más tíguere del siglo pasado, porque amarraba los mecanismos constitucionales para que sirvieran a sus propósitos y acciones políticas.

También el tirano Trujillo y su cohorte de políticos duchos, serviciales, borregos y corruptos, “legalizaron” todas sus acciones para borrar sus constantes violaciones a toda suerte de principios en beneficio de sus diabluras políticas y personales de todo tipo.

Si se quisiera buscar entre las rendijas de las acciones políticas, judiciales, legislativas y un largo etcétera, al final estaremos forzados a convenir en que se actuó dentro del marco de la Constitución y las leyes del momento, en los más de los casos.

Cuando Leonel Fernández y su grupo compraron voluntades, atropellaron derechos, emplearon todo el poder y el dinero del gobierno para comprar las elecciones del 2008, tenían un propósito claro, maquiavélicamente estructurado, viable, empleando todas las armas de la coerción y de la corrupción: secuestrar el poder.

Se hicieron con el poder y luego lo legalizaron con la reforma constitucional mediante la cual se cubre la Corporación PLD.

Todo parece indicar que la acusación contra el ingeniero Díaz Rúa es parte del expediente de baño de limpieza jurídica que buscan Leonel y su gente, mediante el jueguito de ser sometidos, por corrupción, en algunos casos hasta ser llevados a los tribunales y descargados.

Dicen que el sometimiento a Díaz Rúa puede ser parte de una supuesta lucha, juegos de poder entre el Presidente Danilo Medina y Leonel Fernández.
Para mí que se trata de otra jugada que se ejecuta mediante la ecuación: sometimiento, desestimación, sometimiento, juicio y declaración de inocencia
Así lavarían el dinero cuyo origen no pueden explicar honestamente, y quedarían liberados ¿para siempre? Por aquello de que nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa. Ojo con eso.

Tomado de hoy.com.do

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