Se contradice cuando recomienda flexibilidad del mercado cambiario
En su informe el FMI criticó la política pública y el deterioro de la
economía dominicana en el 2012. Concentrémonos en lo fiscal. Destacó que por el
aumento de 40% en el gasto el déficit del sector público se disparó a 8.5% del
PIB, equivalente a RD$196 mil millones, el valor de la deuda pública a 45% del
PIB, sugiriendo que estamos en la frontera de la insostenibilidad fiscal y
recomendando aligerar el peso que tiene en el presupuesto reduciéndola a 35%.
No hay duda, ese debe ser el objetivo de corto y mediano plazo, la discrepancia que tenemos es respecto a la manera de lograrlo. De cuatro maneras diferentes o combinándolas podemos reducir la deuda pública: a) Aumentando el crecimiento de la economía con un mejor desempeño de las Pymes, principalmente. Un mayor consumo e inversión de ese sector contrarrestaría la anticipada reducción de las remesas y el turismo; b) Evitando la devaluación del peso más allá de lo programado, porque empeora el déficit primario del presupuesto, aumenta la inflación y la deuda pública en lugar de reducirla. El FMI se contradice cuando recomienda flexibilidad del mercado cambiario, que el BC no intervenga para que el peso pierda valor. Se apoya en que la entidad no tiene reservas suficientes y en que se reducirá la entrada neta de capitales, lo que es cierto, pero su medicina empeora la enfermedad; c) Bajando los intereses. En poco aliviaría el peso de la deuda, además el nivel de los intereses podría estar en la zona donde la política monetaria podría ser inefectiva.
d) Creando un superávit primario en el presupuesto. El FMI sugiere un ajuste fiscal de 2.5% del PIB, alrededor de RD$60 mil millones. No es el momento de hablar de otra reforma tributaria ni de aumentar la tarifa eléctrica. En el pasado los aumentos de tarifa no redujeron la transferencia de recursos del gobierno al sector eléctrico, fue lo contrario. Promedió 1.86% del PIB en los años 2005-2012 y 2.20% en el 2012, superando el promedio y por debajo solo del 2.69% del 2008. El déficit del sector no es por falta de transferencia de recursos ni por el nivel de la tarifa, es de gerencia. Las Edes compran muy caro en el mercado spot, por el Kwh en promedio pagaron 24.28 centavos de dólar en los años 2010-2012. No obstante, tuvieron un margen positivo de 2.37 centavos por el menor precio de las compras bajo contrato. Ambas compras (spot y de contratos) promediaron 18.05 y vendieron a 20.42 centavos, con la diferencia de 2.37 centavos fue que debieron vivir como las eficientes de América Latina. Si el gobierno las limitara a ese “valor agregado” las obligaría a ser eficientes y reduce la deuda pública.
En suma, la recomendación del FMI contradice el objetivo de reducir la deuda, se enredaron al momento de plantear políticas. No podemos repetir errores del pasado mezclando políticas incoherentes. De que no nos equivoquemos depende la actitud hacia el país de los organismos multilaterales de financiamientos (BID, Banco Mundial y otros), bancos bilaterales, calificadoras de riesgo y de los mercados financieros internacionales que compran nuestros bonos soberanos.
No hay duda, ese debe ser el objetivo de corto y mediano plazo, la discrepancia que tenemos es respecto a la manera de lograrlo. De cuatro maneras diferentes o combinándolas podemos reducir la deuda pública: a) Aumentando el crecimiento de la economía con un mejor desempeño de las Pymes, principalmente. Un mayor consumo e inversión de ese sector contrarrestaría la anticipada reducción de las remesas y el turismo; b) Evitando la devaluación del peso más allá de lo programado, porque empeora el déficit primario del presupuesto, aumenta la inflación y la deuda pública en lugar de reducirla. El FMI se contradice cuando recomienda flexibilidad del mercado cambiario, que el BC no intervenga para que el peso pierda valor. Se apoya en que la entidad no tiene reservas suficientes y en que se reducirá la entrada neta de capitales, lo que es cierto, pero su medicina empeora la enfermedad; c) Bajando los intereses. En poco aliviaría el peso de la deuda, además el nivel de los intereses podría estar en la zona donde la política monetaria podría ser inefectiva.
d) Creando un superávit primario en el presupuesto. El FMI sugiere un ajuste fiscal de 2.5% del PIB, alrededor de RD$60 mil millones. No es el momento de hablar de otra reforma tributaria ni de aumentar la tarifa eléctrica. En el pasado los aumentos de tarifa no redujeron la transferencia de recursos del gobierno al sector eléctrico, fue lo contrario. Promedió 1.86% del PIB en los años 2005-2012 y 2.20% en el 2012, superando el promedio y por debajo solo del 2.69% del 2008. El déficit del sector no es por falta de transferencia de recursos ni por el nivel de la tarifa, es de gerencia. Las Edes compran muy caro en el mercado spot, por el Kwh en promedio pagaron 24.28 centavos de dólar en los años 2010-2012. No obstante, tuvieron un margen positivo de 2.37 centavos por el menor precio de las compras bajo contrato. Ambas compras (spot y de contratos) promediaron 18.05 y vendieron a 20.42 centavos, con la diferencia de 2.37 centavos fue que debieron vivir como las eficientes de América Latina. Si el gobierno las limitara a ese “valor agregado” las obligaría a ser eficientes y reduce la deuda pública.
En suma, la recomendación del FMI contradice el objetivo de reducir la deuda, se enredaron al momento de plantear políticas. No podemos repetir errores del pasado mezclando políticas incoherentes. De que no nos equivoquemos depende la actitud hacia el país de los organismos multilaterales de financiamientos (BID, Banco Mundial y otros), bancos bilaterales, calificadoras de riesgo y de los mercados financieros internacionales que compran nuestros bonos soberanos.
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