El sueño imperial de Leonel se empieza a convertir en pesadilla
La cúpula de la corporación PLD, con el Doctor Fernández a la cabeza, se
formaron en la disciplina corporativa que algunos ignorantes igualaban al
leninismo, donde la dirección tomaba las decisiones importantes, y la base,
sumisa, aplicaba las “líneas” evacuadas.
Se educaron también en el ambiente de que “el país se dividía entre peledeístas y corruptos”. En el año 1991, el propio profesor Bosch, horrorizado con lo que resultó de su inmenso esfuerzo, renunció al PLD.
Y desde que ese Juan Bosch, forjador de dos grandes partidos y muchos otros importantes episodios de la historia reciente del país, empezó a perder sus facultades y a acercarse al final de su vida, los lobos se quitaron la piel de oveja y empezaron a mostrar su verdadera calaña. El joven Leonel Fernández, criado y admirador del esplendor de la gran urbe de Nueva York, y carente de la mínima grandeza para administrar y dirigir un Estado democrático, pero sí dueño de una serie de “facultades”, que han sido brillante y valientemente analizadas por Andrés L. Mateo, fue ungido por los más destacados miembros de la corporación PLD como su abanderado y escudo.
Resulta superfluo describir hasta dónde han llegado los miembros de esa corporación, con su jefe a la cabeza, en lo referente a corrupción, ostentación pueril de riquezas, manipulación y envilecimiento del alma colectiva dominicana.
En base a utilización de las más deleznables prácticas políticas, entre ellas la manipulación de la pobreza extrema y la ignorancia que ellos mismos fomentan, crearon, primero, un ejército de indigentes sumisos, segundo, un ejército de comunicadores comprados, y tercero, unas cortes y un congreso, controlados por hombres y mujeres sin vergüenza e integridad, que obedece dócilmente las directrices de la cúpula de la corporación. Todo preparado y condicionado para que el gobierno de Danilo Medina sea un período de transición hacia una dictadura de partido de la corporación para los próximos 12, 16 y 20 años, con el Doctor Fernández a la cabeza.
Pero ese sueño imperial se empieza a convertir en pesadilla. Ahora, ante la primera embestida de una lucha que los llevará al zafacón de la historia y a la cárcel, la corporación se estremece y empieza un torpe y contraproducente proceso de defensa, que cada día se vuelca contra ellos mismos. Empiezan a reprimir las manifestaciones con esquiroles pagados. Su ejército de comunicadores comprados ya no sabe a qué argumento apelar. Y en un recurso, en extremo peligroso, han empezado a amenazar al Doctor Guillermo Moreno, que como Presidente de Alianza-País, los ha acusado ante la justicia; boicotearon la señal de uno de los canales donde Guillermo Moreno participaba; dañaron por momentos la señal de su móvil. Y lo más grotesco, han empezado a aparecer personajes “sospechosos” en los locales de los medios donde Guillermo va a participar.
En su torpeza no identifican que no tienen forma de acallar las voces firmes que los adversan ni de detener la marcha hacia su descalabro moral y hacia el zafacón de la historia.
Se educaron también en el ambiente de que “el país se dividía entre peledeístas y corruptos”. En el año 1991, el propio profesor Bosch, horrorizado con lo que resultó de su inmenso esfuerzo, renunció al PLD.
Y desde que ese Juan Bosch, forjador de dos grandes partidos y muchos otros importantes episodios de la historia reciente del país, empezó a perder sus facultades y a acercarse al final de su vida, los lobos se quitaron la piel de oveja y empezaron a mostrar su verdadera calaña. El joven Leonel Fernández, criado y admirador del esplendor de la gran urbe de Nueva York, y carente de la mínima grandeza para administrar y dirigir un Estado democrático, pero sí dueño de una serie de “facultades”, que han sido brillante y valientemente analizadas por Andrés L. Mateo, fue ungido por los más destacados miembros de la corporación PLD como su abanderado y escudo.
Resulta superfluo describir hasta dónde han llegado los miembros de esa corporación, con su jefe a la cabeza, en lo referente a corrupción, ostentación pueril de riquezas, manipulación y envilecimiento del alma colectiva dominicana.
En base a utilización de las más deleznables prácticas políticas, entre ellas la manipulación de la pobreza extrema y la ignorancia que ellos mismos fomentan, crearon, primero, un ejército de indigentes sumisos, segundo, un ejército de comunicadores comprados, y tercero, unas cortes y un congreso, controlados por hombres y mujeres sin vergüenza e integridad, que obedece dócilmente las directrices de la cúpula de la corporación. Todo preparado y condicionado para que el gobierno de Danilo Medina sea un período de transición hacia una dictadura de partido de la corporación para los próximos 12, 16 y 20 años, con el Doctor Fernández a la cabeza.
Pero ese sueño imperial se empieza a convertir en pesadilla. Ahora, ante la primera embestida de una lucha que los llevará al zafacón de la historia y a la cárcel, la corporación se estremece y empieza un torpe y contraproducente proceso de defensa, que cada día se vuelca contra ellos mismos. Empiezan a reprimir las manifestaciones con esquiroles pagados. Su ejército de comunicadores comprados ya no sabe a qué argumento apelar. Y en un recurso, en extremo peligroso, han empezado a amenazar al Doctor Guillermo Moreno, que como Presidente de Alianza-País, los ha acusado ante la justicia; boicotearon la señal de uno de los canales donde Guillermo Moreno participaba; dañaron por momentos la señal de su móvil. Y lo más grotesco, han empezado a aparecer personajes “sospechosos” en los locales de los medios donde Guillermo va a participar.
En su torpeza no identifican que no tienen forma de acallar las voces firmes que los adversan ni de detener la marcha hacia su descalabro moral y hacia el zafacón de la historia.
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