Creo que todo ciudadano, tiene el deber de participar en la actividad política de su país. Como forma de dedicar tiempo a construir la ilusión de una patria prospera y desarrollada.
Después de residir por razones de estudios, por varios años en el exterior, al regresar al país, al inicio de la década del ’90, decidí hacer política en la organización que había militado mi padre y a la que pertenecía la mayoría de mi familia, el PRSC.
Conocía el perfil mayoritario de la militancia de base del Reformismo; los sectores más humildes y de las zonas más atrasadas del país. Pero en su mayoría hombres y mujeres serios y de trabajo. Para mí los sectores más necesitados de que se haga realidad en el país el lema del PRSC; “Sin injusticia ni privilegios”.
La idea de mi militancia reformista, era también motivada en la preocupación de que había que proteger y evitar que con la desaparición del Dr. Joaquín Balaguer, esta militancia cayera en mano de simuladores sin conciencia de patria, y sin sensibilidad social, y ese temor, terminó haciéndose realidad.
Mi afán de concientizar a esa militancia; de lo que somos y de lo que potencialmente podemos SER. Ha quedado reflejado en mis libros enfocados en la historiografía del país, especialmente el “Secreto Taino”, así como las decenas de artículos y ensayos que en estos años he publicado.
La única militancia política que había tenido antes, en mi adolescencia, era haber sido Secretario General, en mi pueblo Sabana Grande de Boya, de la Unión Nacional de Estudiantes Revolucionarios –UNER-, en ese entonces liderado por el hoy Lic. Roberto Santana.
Pero el tiempo en el PRSC, me ha convencido, que ese partido no tiene arreglo. Por fin entendí aquella frase del diputado por Santiago, Marino Collante, cuando expreso; que la cúpula del PRSC era una pocilga.
Convenciéndome, por fin, de que ni yo, ni nadie que tenga sentimiento de patria y quiera servir a la Republica Dominicana, no tiene nada que buscar ni hacer en el PRSC.
Por eso he decidido renunciar a mi militancia en ese partido.
Por años he tratado de hacer de ese partido, una organización donde se respete el Estatuto, la institucionalidad, pero el tiempo me ha demostrado que con los individuos que heredaron la de esa organización, es imposible alcanzar esos objetivos. Porque no respetan nada.
Y las nuevas figuras que he conocido, que en un momento pensé podrían ser diferente, al acercarme y tratarla, han sido una gran desilusión. Por eso, hoy hago pública mi renuncia al PRSC.
Quiero transmitir mi más profundo agradecimiento a los millares de dirigentes amigos que dejo en ese partido, los cuales, por un profundo sentimiento de lealtad a la memoria del Dr. Balaguer, continúan en el PRSC, a pesar de los engaños y las frustraciones de que han sido victima por esa cúpula o crápula como mucho la califican.
Al igual que el patricio Juan Pablo Duarte me he convencido; “Que mientras no se escarmienten los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos, seguirán siendo víctimas de sus maquinaciones”.
Mantengo mi sueño, de que hacer de la Republica Dominicana, un país desarrollado, que garantice bienestar y seguridad a sus ciudadanos, es posible. Misión para la que siempre seré un soldado al servicio de mi patria. VIVA QUISQUEYA.
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