Otra reforma que
incrementará el déficit
Los gobiernos tienden a gastar más de lo que se supone recaudarán
Con las siete reformas tributarias inspiradas en la conjuración del déficit
fiscal durante los últimos 11 años los ingresos corrientes del Estado crecieron
un 17.7%, lo que permite diagnosticar, al compararlos al crecimiento del PBI
corriente de 17.2%, que los recursos aportados por éstas, 0.5%, no han sido
significativos; dando por resultado aumento, en lugar de disminución, del
déficit.
Lo mismo sucederá con lo recientemente propuesto por las siguientes razones observables desde las pasadas:
1. Errores conceptuales traducibles a cálculos. Los diseñadores de las “reformas” han partido del supuesto errado que las recaudaciones tienen una respuesta lineal a las tasas impuestas, es decir que a mayor tasa las recaudaciones aumentan en la misma proporción; lo cual no es cierto puesto que los consumidores tienden a comprar menos cuando el producto se encarece por los tributos, disminuyendo el consumo y en consecuencia, las recaudaciones.
2. Con la múltiple facturación imperante en nuestro sistema tributario, la evasión tiende a aumentar ante incremento de tasas; sobretodo que ya establecimientos y ciudadanos han perdido el miedo de regatear precios “con o sin facturas”
3. Los gobiernos, creyendo que van a disponer de mayores recursos, tienden a gastar mucho, descuidando la disciplina de someterse a lo recaudado.
4. Como las recaudaciones no se comportan como se esperaba ante gastos fijados presupuestalmente, los gobiernos se ven compelidos a recurrir a financiamientos de corto plazo y alto costo, aumentando a su vez los gastos por el servicio de la deuda y repercutiendoen mayor déficit.
Pronosticamos que este círculo vicioso sucedido en el pasado se repetirá con la reforma recientemente propuesta por el gobierno: Y el déficit aumentará.
La concepción de reforma adoptada por el gobierno, igual que las anteriores, mediante “paquetes” en los que una sola ley modifica diferentes leyes impositivas, repercutirá, además, en retraimiento de decisiones económicas, sea hasta tanto se alcance el pacto perseguido o en reacción al eventual abuso de mayoría parlamentaria.
Esta pendencia, unida al contenido mismo de la reforma, afectará la producción traduciéndose en menos puestos de trabajo y menos consumo sobre los que aplican tributos provocando, en consecuencia, menos recaudaciones.
El impacto y la estupefacción causados con las intenciones tributarias gubernamentales solo podrán neutralizarse sometiéndose al círculo virtuoso de la disciplina fiscal para controlar el dispendio manifestado en gastar en seis meses lo que seis años atrás se gastaba en un año.
Solo así podrá recuperarse la estima a un gobierno que acaba de exponerse, en el poquísimo tiempo de 50 días, al fracaso de otro vano intento por conjurar vía tributaria el déficit que gravita sobre la nación
Lo mismo sucederá con lo recientemente propuesto por las siguientes razones observables desde las pasadas:
1. Errores conceptuales traducibles a cálculos. Los diseñadores de las “reformas” han partido del supuesto errado que las recaudaciones tienen una respuesta lineal a las tasas impuestas, es decir que a mayor tasa las recaudaciones aumentan en la misma proporción; lo cual no es cierto puesto que los consumidores tienden a comprar menos cuando el producto se encarece por los tributos, disminuyendo el consumo y en consecuencia, las recaudaciones.
2. Con la múltiple facturación imperante en nuestro sistema tributario, la evasión tiende a aumentar ante incremento de tasas; sobretodo que ya establecimientos y ciudadanos han perdido el miedo de regatear precios “con o sin facturas”
3. Los gobiernos, creyendo que van a disponer de mayores recursos, tienden a gastar mucho, descuidando la disciplina de someterse a lo recaudado.
4. Como las recaudaciones no se comportan como se esperaba ante gastos fijados presupuestalmente, los gobiernos se ven compelidos a recurrir a financiamientos de corto plazo y alto costo, aumentando a su vez los gastos por el servicio de la deuda y repercutiendoen mayor déficit.
Pronosticamos que este círculo vicioso sucedido en el pasado se repetirá con la reforma recientemente propuesta por el gobierno: Y el déficit aumentará.
La concepción de reforma adoptada por el gobierno, igual que las anteriores, mediante “paquetes” en los que una sola ley modifica diferentes leyes impositivas, repercutirá, además, en retraimiento de decisiones económicas, sea hasta tanto se alcance el pacto perseguido o en reacción al eventual abuso de mayoría parlamentaria.
Esta pendencia, unida al contenido mismo de la reforma, afectará la producción traduciéndose en menos puestos de trabajo y menos consumo sobre los que aplican tributos provocando, en consecuencia, menos recaudaciones.
El impacto y la estupefacción causados con las intenciones tributarias gubernamentales solo podrán neutralizarse sometiéndose al círculo virtuoso de la disciplina fiscal para controlar el dispendio manifestado en gastar en seis meses lo que seis años atrás se gastaba en un año.
Solo así podrá recuperarse la estima a un gobierno que acaba de exponerse, en el poquísimo tiempo de 50 días, al fracaso de otro vano intento por conjurar vía tributaria el déficit que gravita sobre la nación
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