El sistema de dominación impuesto por la corporación peledeísta ha trancado el juego democrático, ya que han quedado bajo su control los tres poderes del Estado, así como sus diversas instituciones.
Repitiendo las mismas prácticas de los últimos ocho años, Danilo Medina llama al diálogo de cara a la conformación de un pacto fiscal, de acuerdo con lo establecido en la Estrategia Nacional de Desarrollo, para finalizar imponiendo una propuesta que no es fiscal, sino tributaria, y como lo hiciera Leonel Fernández en sus días, desoyendo las observaciones y propuestas de los convocados.
La situación pone en evidencia la coptación de las instituciones llamadas a regular el juego democrático, por parte de la corporación peledeísta. Y es que la voluntad del Comité Político del PLD, es una patana arrolladora que cuenta con la lealtad y compromiso de quienes tendrían que hacer de contrapeso dentro del Estado Dominicano.
Ya Leonel Fernández se paseó por el Congreso orientando para la aprobación inmediata de la propuesta de reforma tributaria, mientras que al Tribunal Constitucional le llegó el mensaje, en caso de que se someta un recurso de inconstitucionalidad ante dicho tribunal, por la forma en que se prevé será aprobado.
Según juristas como Cristóbal Rodríguez, el Código Tributario es una ley orgánica, por tanto requiere del voto de las dos terceras partes de los presentes en ambas cámaras y no de la mayoría simple, como señalan los presidentes de las Cámaras de Senadores y Diputados respectivamente.
La voluntad de continuar violando las leyes, por parte de quienes tienen que aplicarlas, en contubernio con quienes tendrían que fiscalizarlos, deja con las manos vacías, en términos institucionales a la sociedad dominicana. ¿Cómo participar del juego democrático si este ya está trancado?
La ausencia de un liderazgo articulado y movilizado le plantea un enorme reto a una sociedad que se niega a parecer pasivamente, en manos de quienes pretenden ser sus verdugos.
Existen en la República Dominicana grupos sociales y políticos que históricamente han estado trabajando de manera fragmentada, sin darse cuenta de que, los problemas a los que enfrentan quizás son diferentes, pero tienen un mismo origen, un sistema de dominación política generador de pobreza y desigualdad.
Llegó el momento de acumular fuerza y hacer sinergia en una dirección común, de manera que nuevos rostros portadores del cambio salgan a la luz, sólo así se podrá eliminar el tranque a que ha sido sometido el juego democrático
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