Con humildad, República Dominicana se podría desarrollar.

César Núñez

“Díganme lo malo, que lo bueno yo lo sé”.
Omar Torrijos, expresidente de Panamá

Esta frase denota una gran humildad, y nos llama poderosamente la atención pues nos hizo recordar que en el libro Basta de Historias, Andrés Oppenheimer menciona que le pidió un consejo a Bill Gates para que los países latinoamericanos lograran marchar hacia el desarrollo, y la respuesta obtenida fue que fueran humildes.

Humildad es algo que siempre ha faltado a nuestros gobernantes, muy especial al Doctor Fernández, y Danilo Medina continúa haciendo lo que está mal. Al cumplir su primer año, las dependencias públicas realizan grandes esfuerzos por mostrar un gobierno eficiente lleno de logros y grandes resultados para el país. Pero la realidad es otra y muy distinta. ¿Por qué ser tan arrogantes y mejor no vestirse de humildad y presentar a la nación la realidad? Entendemos que de hacerlo así el gobierno recibiría un respaldo mayoritario, no el resultado de una campaña de relaciones públicas dirigida a crear un espejismo.

Ejemplo, escuchamos a las autoridades decir que gracias a los esfuerzos realizados para combatir la delincuencia y la criminalidad, por supuesto las callejeras, el crimen se ha reducido en más de un 40%. Entendemos que ni quienes ofrecen esos datos lo creen, es otra manera de los oficialistas tomar a la población por tontos. Al igual que si escuchamos a Francisco Domínguez Brito se pensaría que estuviera hablando de la procuraduría de otro país no la de Republica Dominicana, la que él dirige. Veamos dos casos: 1) Caso de la Mulata III en Sosúa, donde al parecer un grupo de policías planificó y ejecutó una acción para cometer un delito en contra de unos ciudadanos alemanes; hace casi un año que vimos al Señor Procurador y al entonces jefe policial elogiar ese “golpe al crimen organizado”. 2) La puesta en libertad, como regalo a la población por La Restauración, del responsable del fraude bancario más grande cometido contra la frágil economía dominicana, en donde esa procuraduría ni siquiera objetó el pedido de libertad presentado por Ramón Báez Figueroa. ¿Puede ese Ministerio Público presentar algún logro cuando ha faltado de manera tan grave en defender el interés nacional?

Danilo Medina debe recordar el consejo que públicamente recibió de Luiz Inácio Lula da Silva: “los presidentes se deben al pueblo”. El Señor Presidente no puede decirnos que es ético y moral, y haber nombrado como su Director de Ética al Doctor Marino Vinicio Castillo; aquí la Administración Medina pierde toda ética y moralidad.

Nunca podrá ser ético un gobierno donde su principal responsable, el presidente, sea cómplice de la corrupción y la impunidad. Gobierno que castiga a la población con aumentos de impuestos injustificables, una ley de hidrocarburos que afecta directamente la economía nacional, un gobierno que prefiere cargarle al país el pago de un hoyo fiscal de unos 200 mil millones de pesos según datos del Fondo Monetario Internacional, en vez de aplicar las leyes a quienes provocaron ese hoyo, la Administración de Leonel Fernández. Medina no puede hablar de ética menos de moral cuando en su discurso de los primeros 100 días llamó a no mirar ni tirar piedras hacia atrás.

Por el bien del país esperamos que aquellos que reciben el mandato popular de dirigir los destinos del país, o quienes beneficiándose de hoyos fiscales logran hacerse con posiciones, gobiernen en beneficio de la sociedad y no solo para beneficiar sus compañeros como ha sido la norma de la corporación PLDista.

Si realmente se quiere hacer de Republica Dominicana un país con verdadero desarrollo e igualdad de oportunidades, empecemos por ser humildes.